sábado, 8 de octubre de 2011

Quiero que seas.



Quiero que siempre seas
la mañana desnuda acomodada en estos brazos
de rocío ausentes que te esperan.

Quiero que siempre seas
la tinta indeleble sobre mi pecho
que me tiñe sueños de plata y primavera.

Quiero que siempre seas
una hora que transcurre sigilosa
acomodando las agujas de nuestra espera.

Quiero que seas lo que ya eres,
esa brisa que el aliento me devora
en los suspiros prohibidos de esta boca
-que se bebe la luna menguante en el fondo de tus labios
y el lucero apasionado en la orilla de tu mente-

Quiero que siempre seas
la magia caoba de mi mundo,
la fantasía más real y más perfecta.



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