martes, 6 de septiembre de 2011

Me reservo




Me reservo tu nombre

-en el espacio insidioso de mis dientes-
para no decirlo, para no gritarlo,
para no borrarlo con esta piel aburrida
de brumas triangulares y grafitos ausentes.

Me reservo tu rostro
-en esta boca de tactos asonantes-
para no teñirlo, para no arrugarlo,
para no empaparlo de vientos suicidas
en cicatrices blancas con diamantes.

Me reservo tus ojos
-en esta cara de libélulas furtivas-
para no soñarlos, para no tocarlos,
para no gastarlos con desvelos azules
de insomnios volátiles y miradas perdidas.

Me reservo tu ausencia
-en los pasos andaluces que nos separan-
pora no sentirla, para no llorarla, para no calcarla
sobre las líneas abstractas de este sentimiento
que enciende ansiedades y luego las apaga.

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