domingo, 18 de septiembre de 2011

Te imagino...



Te imagino... tan sutil e irrevocable
como una hoja que se desnuda entre brisas pálidas y aromas,
 sumisa a la tregua de vientos sin destinos que se apuñan
en la belleza de los silencios quisquillosos que te adornan.

Te imagino... tan dócil e inquebrantable,
como una mañana que coqueta y dorada se retoca
 con rocíos de estrellas asonantes la mirada
y con besos exquisitos de flores en la boca


Son estos ojos apasionados los que te esperan
detrás de cada ocaso inverosímil que te añora,
ocasos de cristal que se enfrentan a las guerras
de esta lengua irrefutable que te enamora. 


Si soy perfecto contigo en esta ausencia que nos ama,
¿Que seré mañana si al tocarte esta piel se me evapora?
¿Seré acaso el éter corrupto que sin permiso te devore
o  la misma brisa oprimida que hoy te adora?


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