Soy yo
quien le robó a tu boca
su desnudez,
quien le mintió a tus silencios
sólo por verte brillar,
quien se guardó en los bolsillos
el sabor de tu tacto,
quien le robó a tu sonrisa
una verdadera razón
para existir.
Soy yo
a quien debes culpar
por haberse colado sin permiso
en la claridad casi extinta de tus ojos,
pues le he robado a tu boca de cristal,
su desnudez,
su libertad,
su tristeza,
sus sospechas,
su amnistía,
sus reproches,
sus tormentas
y su destino
para guardarlos por siempre
en mis labios.
Anthony Molina copyright © 2012
0 Comentarios:
Publicar un comentario